La microbiota, conocida popularmente como flora intestinal, es un mundo microscópico compuesto por 100 billones de bacterias alojadas en el intestino y quienes están encargadas de nuestra salud. Regulan el suministro de nuestra energía y nos protegen de los virus, así como de las bacterias que generan enfermedades.
¡Contamos con un universo rico en diversidad! En nuestro intestino, conviven al menos mil tipos de bacterias, aproximadamente tres millones de genes, el 70 por ciento del sistema inmune y cien millones de neuronas que se conectan con el cerebro.
Esta maravilla de nuestro cuerpo, es estudiada por la comunidad científica, sobre si se considera a la microbiota intestinal como un órgano, además de los beneficios que conlleva su mantenimiento en equilibrio.
¿Cuál es la función de la flora intestinal?
La microbiota comienza a desarrollarse al momento en que nacemos y dura dos o tres años para llegar a su madurez. Sin embargo, este proceso puede interrumpirse por un tratamiento antibiótico.
El tipo de alimentación y el consumo de medicamentos, serán los principales factores de riesgo para que su equilibrio y por tanto nuestra salud se mantengan.
Se encarga de recoger la energía que nos proporcionan los alimentos, mejora la movilidad del intestino y sus funciones. Además de que refuerza la pared intestinal, protege frente a agentes patógenos, sintetiza vitaminas y hormonas, apoya el sistema inmune, así como produce y modula hormonas.
Daños a la flora intestinal
Los antibióticos, actúan sobre las infecciones bacterianas y en esta tarea, pueden llevarse las bacterias de la microbiota, mismas que nos protegen ante infecciones.
Se comprobó que estos medicamentos destruyen el epitelio intestinal, donde se absorben los nutrientes y se encuentra nuestro sistema inmunitario. Es decir, que los antibióticos no solo perjudican la capacidad defensiva de nuestra microbiota, sino que afectan el sistema inmunitario en sí mismo.
Otro factor que afecta la microbiota, es el estrés. Lo daña de la misma manera que lo hacen las comidas ricas en grasas saturadas y de azúcares. Este efecto, altera la producción de serotonina que sale en un 90 por ciento de la microbiota, por lo que las personas son más propensas a padecer depresión.
Los prebióticos son alimentos que ayudan a que la flora intestinal crezca, así mismo se ha destacado la importancia de influir en la microbiota en los primeros años de vida de las personas.
¡A cuidar nuestra flora intestinal, con productos que sean escudo para su funcionamiento!